Los residuos peligrosos constituyen una serie amenaza a nuestra salud y al medio ambiente. A pesar de esto, seguimos produciendo más de 400 millones de toneladas cada año, el equivalente a cerca de 60 kg por persona, y no hace más que aumentar, según un informe de la World Wildlife Fund (WWF). La reducción de los residuos puede mejorar la productividad, ahorrar dinero a las empresas y contribuir a un entorno más sano y habitable.

Los residuos peligrosos son, a menudo, subproductos de los procesos de fabricación. En la mayoría de las empresas, la gran parte de estos residuos se generan empleando productos comerciales para limpiar instalaciones, equipos o piezas, a lo que hay que sumar un mal entendimiento de las soluciones de base agua. Siempre se ha tenido el concepto de que estos productos son menos efectivos que los que emplean químicos abrasivos.

La realidad es que las soluciones de base agua no solo limpian de forma efectiva, sino que generan menos residuos peligrosos y reducen la frecuencia de eliminación de los mismos. Si bien seguirán siendo peligrosos debido a contaminantes o suciedad a limpiar, las tecnologías de base agua minimizarán el peligro al no añadir más químicos peligrosos a la mezcla, haciendo que los residuos sean más fáciles de eliminar.

Los residuos que se generan en ambientes industriales a menudo contienen elementos clasificados como peligrosos. Algunos contaminantes se convierten en depósitos que se forman en las partes internas y externas de los equipos, que son difíciles de eliminar.

Por norma general, los ingenieros deben cepillar manualmente las zonas afectadas, normalmente tras haberlas dejado a remojo durante la noche. Hablamos de un proceso que consume tiempo y que es ineficaz, ya que se necesita a una persona cualificada e implica tener las máquinas fuera de servicio durante más tiempo del requerido.

Los managers de la planta pueden resolver estas cuestiones al invertir en equipos de lavado de piezas automáticos o de alta presión; pero también es cierto que, tradicionalmente, la mayoría de lavapiezas emplean soluciones químicas que añaden más químicos a los residuos, ya de por sí peligrosos. Cuando llega el momento de deshacerse de los residuos, la solución química ha potenciado la clasificación de peligro del residuo.

En muchos países, la gestión de los residuos implica presentar formularios, con el consiguiente coste para el generador de dicho material. Las tasas suelen variar en función del tipo y frecuencia de residuos, más que de volúmenes, así que reducir la frecuencia de los movimientos de residuos puede reducir los costes. Por lo tanto, aumentar el ciclo de vida de los productos químicos es clave para reducir los residuos que se generan.

Los productores de residuos deben también guardar registros y proporcionar información sobre la composición y cantidad de todos los residuos peligrosos a las autoridades. La información debe aportarse a través de una serie de documentos relativos a la recuperación de residuos, eliminación, transporte y documentos de traspaso, para asegurarse de que el proceso se lleva a cabo adecuadamente. El productor es el responsable último de eliminación de los residuos, a lo largo de todo el ciclo vital de los mismos.

Hablamos de un proceso que consume tiempo y dinero, particularmente si una planta produce muchos residuos peligrosos. Emplear soluciones de base agua y aumentar la vida útil de los productos químicos ayudará a reducir la frecuencia de movimiento de residuos y de los costes asociados.

Reducir la cantidad de residuos que las instalaciones generan pueden aliviar significativamente la carga de obligaciones de la empresa, ya que el contacto directo con solventes y los humos producidos en el proceso de limpieza pueden resultar dañinos para los ingenieros. Esto quiere decir que las empresas deben considerar cómo se emplean los químicos, la exposición a los mismos por parte de los trabajadores y, en última instancia, cómo se eliminan los residuos.

Por lo tanto, se recomienda que las empresas se asocien con un proveedor que ofrezca un servicio integral que se ajuste a las normas nacionales para garantizar una gestión integral segura de los mismos, sin elevar los costes.

Por supuesto, hablamos de una solución meramente parcial. Para disminuir la cantidad de residuos peligrosos en relación alo definido por la WWF (60 kg por persona), los jefes de planta deben atajar el problema desde la raíz. Esto implica encontrar alternativas a las soluciones químicas tradicionales cuando sea posible, tanto en planta como en mantenimiento de equipos o limpieza de piezas.